lunes, 11 de diciembre de 2006

"Hay que comprar la leña para el próximo año", es una frase que se escucha habitualmente por estos días, entre las familias del sur. Lo que muchos no saben es que el mal uso de este recurso puede estar matándonos a pausa. Acá, un reportaje de marzo de 2005 (publicado en Revista Enfoque), que da cuenta de esta situación.


Contaminación por Leña
Peligro: Zona Saturada
Millones de partículas contaminantes producidas por la mala combustión de leña están causando estragos en la población del sur de Chile. Si bien el tema comienza a preocupar a las autoridades, la reacción aún es lenta.





La salud de muchos sureños se está haciendo humo.

Así de simple: millones de pequeñas partículas contaminantes saturan cada invierno el aire de los centros urbanos, penetran las vías respiratorias de sus habitantes, elevan los casos de infecciones respiratorias entre niños y ancianos y –a largo plazo- amenazan con aumentar los índices de cáncer pulmonar en la zona.

Lo peor de todo es que la principal causa de la deficiente calidad del aire está arraigada en nuestro estilo de vida y cultura. Se trata de la mala combustión de leña que se registra prácticamente a diario en la mayoría de las viviendas de ciudades como Temuco, Valdivia, Osorno y Puerto Montt. Y todo por la excesiva humedad del producto, estufas que realizan una combustión incompleta y construcciones poco adecuadas para el óptimo aprovechamiento de la energía calórica.

Por desconocimiento de la población y una actitud demasiado pasiva de las autoridades, hasta hace poco la contaminación atmosférica en el sur de Chile era un tema del cual se sabía poco y se hablaba menos. Posiblemente una muestra más del centralismo del país, manifestado en la permanente preocupación por los episodios de emergencia ambiental en Santiago, en circunstancias que por ejemplo 750 kilómetros más al sur –en Temuco- sólo durante mayo de 2004 se superó 10 veces la norma ambiental. Es decir, uno de cada tres días los habitantes de la capital de La Araucanía se sometieron a una dosis inaceptable de MP10 y MP2,5 (material particulado de diámetro menor a 10 y 2,5 micrones respectivamente), altamente respirable, que se introduce fácilmente en los alvéolos pulmonares y daña el cuerpo humano.

La contaminación no sólo tiene efectos dañinos en la salud. Detrás de este fenómeno, se esconde una problemática socio-económica y ambiental de grandes dimensiones. No es para menos, si se considera que el negocio de la leña genera aproximadamente 115 mil millones de pesos al año y da trabajo a unas 60 mil personas que se desempeñan como productores, intermediarios, picadores y limpiadores de estufas. Asimismo, cada año se consumen unos 8 millones de metros cúbicos de especies nativas. De esta última cifra, 4.1 millones se utilizan sólo en la Décima Región.El tema se agrava si se considera que en la zona es muy común ver a intermediarios entregando el producto sin dar boleta y a consumidores cansados de que se les engañe con la procedencia de la leña o con su nivel de humedad. Esto ocurre porque el mercado es informal: no existe ningún organismo que regule efectivamente su comercialización, ni que se encargue de fiscalizar si se respetan las normas legales y ambientales vigentes.


SALUD AMENAZADA

Según un estudio realizado por docentes de la Facultad de Medicina de la Universidad de La Frontera, la contaminación atmosférica por la combustión de leña tiene efectos directos en la salud, los que sólo son reconocidos parcialmente.La investigación identificó el perfil de consulta por enfermedades respiratorias en los niños menores de 5 años y correlacionó por primera vez los fenómenos críticos de contaminación atmosférica con las consultas por Infecciones Respiratorias Agudas (IRA) en dos centros de salud de la ciudad de Temuco. Así, se comprobó que en uno de los consultorios la contaminación atmosférica por PM10 generó un aumento del número de atenciones por Síndrome Bronquial Obstructivo en menores de 5 años, mientras que en el otro la incidencia se concentró en patologías como neumonía y bronconeumonía. Las diferencias se basarían en la distinta condición social, económica y de ocupación de ambos espacios urbanos.

Aunque a juicio del secretario regional ministerial de Salud de la Araucanía, César Torres, es difícil establecer una asociación exacta entre los niveles de polución y las consultas por afecciones en las vías respiratorias, es innegable que existe cierta coincidencia. Para el doctor Torres, junto con el riesgo de contraer una infección respiratoria a causa de la inhalación de las partículas contaminantes, la exposición prolongada a un aire saturado puede implicar un problema mucho mayor. “Con las partículas más pequeñas y los elementos químicos que están en suspensión producto de la combustión, nosotros no podemos negar el potencial efecto cancerígeno. Hay estudios en el extranjero que lo han comprobado y en esto la experiencia internacional nos sirve de mucho”.

Un estudio de la Universidad de Concepción de diciembre de 2002, ratifica la presencia de compuestos cancerígenos en el aire de Temuco a raíz de la quema de leña, en un porcentaje muy superior a Santiago.La directora de CONAMA IX Región, Jovanka Pino, aporta un elemento igual de preocupante al análisis. “Nadie se va a morir de un día para el otro, pero los estudios son categóricos y establecen que disminuye la esperanza de vida de la población. Es decir, las personas expuestas por largos periodos a ambientes saturados vivirán en promedio menos años que quienes no habitan esos lugares”.


LAS CAUSAS DE LA CONTAMINACION

Pudiera pensarse que el camino más fácil y directo para terminar con el problema es prohibir el uso de leña. Pero no es algo tan sencillo, si se toma en cuenta que se trata de la tercera fuente de energía más importante del país (17%), con un consumo anual aproximado de 12 millones de metros cúbicos.Otro factor que debe ponderarse es que junto a la energía hidroeléctrica, es el único recurso energético renovable que se produce en Chile. Además, es utilizada en la mayoría de las casas del sur.En Temuco, más del 70% la emplea, en Valdivia el 84%, Osorno un 93%, Puerto Montt un 85% y Chiloé un 96%. Con tales índices, la posibilidad de restringir el uso de la leña para la calefacción y cocción de alimentos es evidentemente inviable.El seremi de Salud César Torres lo grafica así: “Prohibir es la peor opción, porque si yo prohíbo calentarse con leña, ¿cuál es la opción que le dejo a la gente? Unos se enferman por la contaminación y otros se me mueren de frío”.La opción por este recurso tiene un argumento insoslayable; se trata del energético más económico. Así lo ratifica un análisis realizado por el economista de la Universidad Austral de Chile Teodoro Kausel, el cual señala que calefaccionarse con ese material es hasta 7,8 veces más barato que con electricidad, 5,1 veces menos costoso que con gas y 4,2 veces más conveniente que con petróleo. De cualquier manera, para emprender planes de descontaminación serios, un camino es la declaración de Zona Saturada Ambiental de las ciudades afectadas. Recién en abril último, el ministro secretario general de la Presidencia, Eduardo Dockendorff, se trasladó a Temuco, para informar de la esperada aprobación de una solicitud de unos cinco años en la capital de La Araucanía y que también incluye a Padre Las Casas, comuna aledaña igualmente afectada por esta contaminación.Según explica la directora de CONAMA IX Región, la Declaración de Zona Saturada es un acto administrativo que por sí mismo no soluciona el problema de la contaminación atmosférica de Temuco y Padre las Casas. No obstante, constituirá una modalidad nueva de enfrentar las medidas de solución, por cuanto obliga a los organismos pertinentes a elaborar un Plan de Descontaminación atmosférica (PDA) que involucra la inyección de recursos y una fuerte coordinación interinstitucional.

Pero si el uso de leña no es por naturaleza dañino, ¿cuál es el problema? El presidente de la Asociación de Ingenieros Forestales por el Bosque Nativo (AIFBN), René Reyes, ofrece una respuesta. “No es la leña la que contamina, sino su mala calidad. Si el contenido de humedad de la leña es muy alto, el proceso de combustión se hace poco eficiente y por consiguiente contaminador”.


LAS TAREAS PENDIENTES

Y si ya está claro que por las razones expuestas prohibir esta fuente energética es inviable, la solución está a juicio de CONAMA en el trabajo en al menos tres áreas. La primera es el mejoramiento del combustible, que implica un trabajo con productores y comercializadores para que cuenten con una oferta de leña más seca. En esta línea, la comisión nacional del medioambiente está comenzando a desarrollar una norma técnica de calidad del combustible leña, con el apoyo de Instituto Nacional de Normalización, INN. Una segunda área se relaciona con el mejoramiento de la tecnología de combustión. Esto, porque en Chile la eficiencia térmica de los equipos no supera el 50%, lo cual implica en la práctica que del total de la energía que puede obtenerse de un metro de leña, sólo la mitad se aprovecha. El resto, se pierde por los ductos evacuadores de gases. “A esta característica debes sumar que estos equipos no logran altas temperaturas ni quemar los gases y las partículas, enviándolas al ambiente”, explica Mauricio Lobos, de la Unidad de Control de Contaminación de CONAMA IX Región. Un tercer elemento fundamental es la sensibilización y educación de los consumidores, ya que son ellos los que compran la leña, equipos y determinan su uso.Considerando estos antecedentes, en Valdivia surgió en diciembre de 2003 el proyecto denominado Sistema de Certificación para el Uso Sustentable de la Leña, que impulsa la Agrupación de Ingenieros Forestales por el Bosque Nativo (AIFBN), con el apoyo de diversas instituciones públicas y privadas. Esta innovadora iniciativa tiene por objetivo implementar un sistema de certificación de leña que garantice su calidad, legalidad y sustentabilidad.A juicio de Jaime Concha, ingeniero forestal de la Corporación Nacional Forestal (CONAF), la certificación de la leña es una gran oportunidad para que los consumidores puedan optar por un producto que les asegura que el bosque de donde viene la leña tiene asociado un plan de manejo aprobado por la institución. “Este sistema valida a todos los productores forestales que trabajan en forma legal y que entienden el bosque como un ecosistema renovable”, recalcó.

Y aunque la preocupación por esta materia se masifica, otras ciudades avanzan a paso más lento. En Puerto Montt, por ejemplo, recién el 19 de abril último se instalaron dos estaciones de monitoreo de material particulado PM10. Estas se ubicaron en los sectores Pichi Pelluco y Mercado Ibáñez y permitirán que por primera vez se conozca la calidad del aire que están respirando los habitantes de esa capital regional, gracias a una iniciativa conjunta del Municipio, CONAMA y la Autoridad Sanitaria.Osorno se ha preocupado algo más del tema. En enero de 2001 partieron las mediciones de PM10 a cargo del Centro Nacional del Medio Ambiente (CENMA), que supervisó la instalación de un equipo de monitoreo ubicado en un terreno de avenida César Ercilla, considerado representativo de la ciudad. En la primera etapa de las mediciones, que se extendieron hasta fines de 2000, se registraron cerca de 20 episodios de contaminación atmosférica sobre la norma al año. Esto quiere decir que se sobrepasó la concentración de 150 microgramos de MP10 por metro cúbico, en un promedio de 24 horas. También se estableció que en junio es común que los índices incluso lleguen a los 300 microgramos por metro cúbico, lo que significa nivel de preemergencia según el indicador de calidad del aire que se aplica en Santiago.Valdivia, por su parte, apuesta al trabajo de la AIFBN, que cuenta con un potente respaldo de instituciones públicas.

A comienzos de mayo se realizaría un taller para definir los últimos detalles del Sistema Nacional de Certificación de Leña que se espera comience a operar a mediados de este año en todo el país. El objetivo del encuentro era que representantes de diversas instituciones públicas y privadas desde la VI a la XI Región discutieran la estructura, institucionalidad y funcionamiento de este mecanismo, que busca regular el mercado informal de la leña y promover la producción de un combustible de mayor calidad para disminuir los impactos sobre el bosque nativo y la contaminación atmosférica.

Todo para que la salud de muchos sureños no se siga haciendo humo.

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